viernes, 24 de septiembre de 2010

Inseguridad en las Escuelas ¡Soluciones, no discursos!

Los últimos hechos de inseguridad sufridos por compañeros docentes dentro y en las adyacencias de sus escuelas obligaron a retomar un tema que, en realidad, nunca estuvo fuera de la agenda. Como suele ocurrir con esta problemática, las voces que se alzan pidiendo soluciones tienen tintes muy diferentes. A la orden del día están los defensores de la mano dura y de todo tipo de medidas represivas contra los agresores, augurando que así se termina el problema. Otros, más mesurados, tratan de entender la situación dentro de un marco mucho más complejo pero, la mayoría de las veces, sólo se quedan en el análisis y evitan, de esa manera, el desenmascaramiento de los responsables.

La cuestión es que, si superamos la etapa instintivamente irracional del “hay que matarlos a todos”, necesariamente debemos considerar las causas Y si consideramos las causas, indefectiblemente, encontraremos a los responsables. La desocupación y el aumento de la miseria a niveles nunca vistos tienen como contrapartida la ilimitada acumulación de ganancias en manos de unos pocos, que no tienen ningún prurito en cerrar fábricas como Paraná Metal con tal de sumar un cero a la ya abultada cifra de su cuenta bancaria. Lógicamente, dejar o no gente en la calle no es una cuestión que debe librarse a la responsabilidad moral de los patrones, para esto existe un Estado.

Pero los Estados, provincial y nacional, de la única seguridad que se preocupan es de la “seguridad jurídica” de los empresarios que les permite hacer lo que se les canta, con tal de ganar un peso más.

La desocupación y la pauperización de amplios sectores de la sociedad generan un aislamiento social y una marginalidad que los gobiernos se encargan de profundizar. Los barrios carecen de los servicios más esenciales. No hay iluminación, no hay asfalto, no hay colectivos, no hay agua potable ¿No habría que empezar por ahí?
Más de uno insistirá con la necesidad de poner más policías en la calle.

Lo cierto es que el número de policías crece día a día y supera ampliamente a los de cualquier sector público. Muchos desocupados, incluso, encuentran el ingreso a las fuerzas como forma de salir de la pobreza. Ciudades como Laguna Paiva, tremendamente postergada tras el cierre de los ferrocarriles o Vera, estructuralmente desindustrializada y parasitaria, son las localidades que, proporcionalmente, mayor cantidad de agentes aportan. Se compran patrulleros antes de construir escuelas y aún así el problema persiste y se agrava.

Por tanto, aunque suene utópico para muchos, la única solución a la inseguridad es terminar con la
marginación y la pobreza. Obviamente no son cuestiones que se solucionan de un día para el otro, pero es
el gobierno quien tiene en sus manos la oportunidad de empezar a cambiar esta situación. Los trabajadores, que vivimos y caminamos diariamente los barrios, podemos aportar mucho en ese sentido. Es necesario organizarnos en las escuelas, en las fábricas, en los lugares de trabajo y exigirle al gobierno soluciones de fondo: sacar a los chicos de la calle edificando polideportivos en los barrios, creando escuelas de jornada doble, construyendo espacios de rehabilitación estatales y gratuitos para adictos, generando fuentes de trabajo genuinas.

Claro está, para ello, es necesario definir para quién se gobierna. Si realmente, como lo mencionan repetidamente en sus discursos, están a favor de la redistribución, hay que sacarles a los que más tienen, por ejemplo eliminando subsidios a las grandes empresas y a las escuelas privadas o aplicando el impuesto a las ganancias a las empresas que hoy están exentas o no aportan lo que deberían aportar.

Como docentes, exigimos también a la conducción de AMSaFe que convoque a toda la comunidad educativa y al resto de las organizaciones sindicales a unirnos en un reclamo unánime y contundente. No es suficiente una concentración de delegados ¡Basta de medidas a medias que sólo buscan cuidar las espaldas de un gobierno que no da respuestas!

• ¡Basta de inseguridad en la calle, en el barrio y en nuestro trabajo!
• Generación de fuentes de trabajo genuinas
• Salarios dignos para todos los trabajadores y trabajadoras
• Asambleas en los lugares de trabajo para discutir el problema